Con su actuación en más de 200 películas, Paco Rabal es un actor imprescindible para la cinematografía española, un actor que supo suplir la falta de formación sin renunciar a sus orígenes humildes, que encontró en la poesía y en la literatura, tanto como en la vida y en los amigos, la sustancia con la que dar vida a los personajes que iba interpretando, apoyado en su familia y sin renunciar a su compromiso político de izquierdas, mejorando, poco a poco, hasta alcanzar en sus últimas interpretaciones la cima de su carrera, a la vez que se convertía en uno de los mejores actores europeos.

   Con el rodaje de La grande strada azzurra de Gillo Pontecorvo en 1956 comenzará a actuar en el extranjero, mientras va consolidando su carrera como un actor versátil y profesional que le llevará a trabajar con muchos directores españoles: José María Forqué, Juan Antonio Bardem, Gonzalo Suárez, Mario Camus, Jaime de Armiñan, Bigas Luna, Francisco Regueiro, Miguel Hermoso, Carlos Benpar, Vicente Aranda, José Luis García Sánchez, José Luis Cuerda, Pedro Almodóvar y Carlos Saura, entre ellos.

   Con Luis Buñuel protagonizó en 1959 Nazarín rodada en México, país en el que Buñuel vivía exiliado. Durante el rodaje de esta película, surgirá una amistad que durará toda la vida. Luego actuará en Viridiana, premiada en el Festival de Cannes, y en Belle de jour.

 

   Paco Rabal trabajó con directores de la talla de Michelangelo Antonioni, Damiano Damiani, Claude Chabrol, Jacques Rivette, Vittorio Cottafavi, Nelo Risi, Héctor Olivera, Arturo Ripstein, Glauber Rocha, Friedkin, Leopoldo Torre Nilsson, Valerio Zurlini, Alain Tanner o Luchino Visconti, entre otros muchos con los realizó una importante carrera internacional.

   Premiado en Cannes por su actuación en Los Santos Inocentes de Mario Camus, Azarías y su “milana bonita” dejó en el público una huella inolvidable. Al igual que su recreación del genial pintor aragonés en Goya en Burdeos de Carlos Saura, obras que dan cuenta de la gran carga de humanidad con que Paco Rabal construye los personajes en su prolífica etapa de madurez.

   En los brazos de su esposa Asunción Balaguer, Francisco Rabal fallecía sobre el cielo de Burdeos a su retorno de Montreal, donde acababa de recibir su último homenaje, un miércoles 29 de agosto de 2001, aunque los personajes que encarnó nos siguen conmoviendo.

Javier Espada
Comisario de la exposición