Con Los Olvidados (México, 1950) Buñuel logró crear un nuevo tipo de cine, un cine que además de contar una historia, denuncia una injusticia. Buñuel ya sabía que “el cine es un arma maravillosa y peligrosa si la maneja un espíritu libre”. Con pocos medios, pero con honradez y profesionalidad, logró crear una obra viva, inscrita por la UNESCO en el Registro de la Memoria del Mundo.

Desde el CBC intentamos mantener vivo el legado cultural y humano de Buñuel, y aspiramos a difundir su obra con exposiciones, a tributarle un homenaje anual de celuloide, pero también a algo mucho más complejo y necesario: a mantener vivo su espíritu. Y es con la intención ­—heredera de Los Olvidados— de darle voz a quienes no la tienen, con la que se ha creado está exposición.

 

Los problemas de Jaibo, Pedro, Ojitos o Meche encuentran en la obra de Buñuel un ámbito desde el que llegar a conmovernos y removernos las entrañas, para que seamos capaces de cambiar nosotros así poder transformar  ­—aunque sea un poquito— el mundo que nos rodea e intentar que la tragedia no se repita. De igual manera, con esta exposición, pretendemos transmitir un horror parejo: el de la tragedia al que ha sido condenado el pueblo palestino, por haber nacido en su tierra, por ser pobres, por vivir en unas tierras codiciadas por colonos judíos venidos desde otros países, huyendo algunos del holocausto, para terminar reproduciendo una situación similar en Palestina, con el exterminio planificado de palestinos inocentes o resucitando en  Gaza la creación de “gettos” semejantes a los que fueron confinados los judíos en los países controlados por el nazismo, con un parejo desprecio por los derechos humanos.

 

Los cuadros de Jan van Eden nos recuerdan el compromiso de Goya, quien con su denuncia contenida en Los Desastres de la Guerra abría las puertas a una nueva concepción del Arte. Las obras de Jan nos cuentan lo que no queremos sentir, lo que procuramos ignorar para no tener que pensar, para no tener que tomar partido… cuadros que hay que mirar con sumo cuidado porque manchan.

 

Buñuel afirmó que “en mis películas nadie es fatalmente malo ni enteramente bueno”, yo creo que ni los palestinos están fatalmente predestinados a ser víctimas, ni los habitantes de Israel deban convertirse irremediablemente en asesinos para construir su país.

 

El trabajo documental llevado a cabo por Marco Potyomkin y Alberto Andrés Lacasta en los audiovisuales creados para esta exposición, nos ayuda a comprender el problema palestino, contribuyendo a contextualizar la obra de Jan van Eden y tratando de aportar una visión esperanzada.

 

Sobre su cine escribió Buñuel: “No vivimos en el mejor de los mundos posibles. Quisiera insistir en realizar filmes que transmitan al espectador, más allá de entretenerlo, la total certeza de este fallo.” pero además expresó su rechazo al fanatismo: “No me gustan los poseedores de la verdad, quienesquiera que sean. Me aburren y me dan miedo. Yo soy antifanático (fanáticamente)” idea y actitud que comparto plenamente.

Javier Espada
Director del CBC